Cuando comenzo a trabajar para Hollywood, Raymond Chandler era un escritor reconocido dentro del limitado ambiente del policial negro y un hombre que, a los cincuenta años, no podia ganar suficiente dinero para mantenerse solo con la venta de sus libros.
Hollywood le dio a Chandler, y a muchos escritores como él, la posibilidad de ganar un buen, excelente salario, permitiendole comprar con ese dinero el tiempo necesario para escribir nuevas novelas y alejarse de los grandes estudios a quienes veian como destructores de talento (la muerte precipitada del gran Francis Scott Fitzgerald era una muestra de lo que sucedia a todo aquel que no sabia dejar los estudios a tiempo).
En Hollywood, los escritores-guionistas (Chandler, Hamett, Faulkner, Mailer, Vidal, Capote) aprendieron que de ciertas cosas no podia hablarse porque estaba mal hacerlo y, como dijo posteriormente un actor, si lo hacias no te pagaban el sueldo y era probable que incluso te echaran al terminarse tu contrato.
Lo mismo sucede cuando se habla de animales en Hollywood: como es un gran negocio, nadie habla de los problemas que implica manejar animales y estos inconvenientes, normalmente, son soportados por tecnicos y actores que, agotados por el desempeño del actor-animal, suelen renunciar de manera ciclica.
Para evitar estos problemas, para conseguir animales de cine que realmente sepan cual es su lugar y desempeñen su trabajo de manera eficiente, existe una compañia llamada Fauna y accion. Fauna y accion esta compuesta por un equipo de halconeros, biologos, veterinarios y naturalists de campo que se dedican a criar y entrenar animales.
Los especialistas de Fauna y accion, que conocen las posibilidades de cada animal, asesoran constante y personalmente a cada cliente, para que el producto final sea el esperado.
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